Reportera para el Wall Street Journal Kris Maher entrevistó a una pareja de Maine que se vio obligada a botar todos sus suministros de leche de su granja lechera después de que se descubrieran niveles tóxicos de PFAS. El origen: Los lodos de una planta de tratamiento de aguas residuales que se usaban para fertilizar un campo de heno.
Durante muchos años, se creía que los lodos eran una alternativa segura a los fertilizantes químicos. Sin embargo, ahora sabemos que pueden portar niveles tóxicos de “químicos eternos.”
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